El avance de la tecnología parece prácticamente imparable. Cada día que pasa nuevos productos, nuevos desarrollos y nuevas aplicaciones se crean y mejoran, abriendo un mundo ante nosotros. La Web 3.0 se convirtió en un concepto bastante usado, tratando de englobar algunos de estos avances.

Pero realmente ¿qué es la Web 3.0? ¿Para qué sirve y por qué es necesario que nosotros entendamos y aprendamos a usarla? Analicemos este nuevo salto tecnológico y veamos sus ventajas.

¿Qué es la Web 3.0?

La historia de la Web va hoy, en su tercer salto. Si tuviéramos que definir cada uno de estos pasos, dando una ligera mirada al pasado, nos encontraríamos con lo siguiente:

WEB 1.0: el comienzo de todo. El primer ladrillo simbólico (y no tanto) de la enorme infraestructura que es hoy. Claro, decimos eso por que los primeros sitios web creados, comparados a lo que somos hoy, eran ladrillos visuales: cosas toscas, poco atractivo visual, pero funcionales. Eran poco más que números y letras, destinadas estrictamente a brindar información especifica que resuelva de manera directa el problema de los usuarios. Pero, estos sitios tenían un grave problema: no estaban pensados para una buena experiencia de usuario.

WEB 2.0: aquí, los estudios avanzan intentando entender y apoyar a los usuarios. Si la generación anterior se caracterizaba por sitios de “solo lectura”, en esta etapa cada persona que usa el sitio se convierte en un actor de los mismos. Ya pueden interactuar, dejar su propia huella en la red, seguir y obtener seguidores y mucho más. Los sitios web tienden a tener mas videos e imágenes, guías e interacción entre los usuarios. A diferencia de la generación anterior, donde la relación entre usuarios y web era unilateral siempre, en esta generación la relación es multilateral generando verdaderas relaciones entre personas.

WEB 3.0: donde estamos ahora. Claramente no es el techo, no es el escalón final, pero es nuestra etapa actual. En estos momentos, los usuarios no son simples actores. Pasan a ser protagonistas destacados de toda interacción web. Y, con el fin de cumplir ese rol destacado, las webs utilizan muchas estrategias como IA, algoritmos avanzados y mucho más, para brindarle a los usuarios navegación personalizada. Pero no se quedan con ello. Apuntan a brindarle al usuario la mejor experiencia posible en su búsqueda de información o productos, centrándose en que cada persona pierda la menor cantidad posible de tiempo.

¿Para qué sirve la WEB 3.0?

Cada vez que un usuario entra a la web, recibe una avalancha de datos, lo que deja a cada persona perdida y confundida. El núcleo de la WEB 3.0 es volverse al servicio de los individuos, brindándoles lo que necesitan, sin importar las limitaciones que ellos puedan poseer. Entonces, si tuviéramos que definir cada web en una frase, diríamos:

WEB 1.0: “sitios de solo lectura, básicos y con nula funcionalidad/UX”.

WEB 2.0: “sitios con relaciones multilaterales, con foco en interacción entre personas”.

WEB 3.0: “sitios donde la tecnología está al servicio de los usuarios, con sitios que facilitan la navegación personalizada”.

Con esto en mente, los creadores de sitios web se centran en que cada usuario resuelva la situación por la que entro: si una persona entra a buscar una notebook rosa de 1 TB HDD, con 500 GB SSD, con una placa de video RTX 3060, el algoritmo basado en su comportamiento intentará generar resultados de la manera mas especifica posible. Esto desde luego, aumentara las posibilidades de que la compra se concrete.

La tecnología aprende del comportamiento de los usuarios tanto como nosotros de ella. Seguramente te paso más de una vez que buscas un producto en el navegador y luego recibes publicidad especifica de productos similares. ¡PUM! WEB 3.0. Claro, sabemos que acá intervienen otros factores más relacionados al marketing y estrategias de publicidad, pero es un buen ejemplo de los avances. Y no se limitan a eso.

Si analizas el funcionamiento completo de la web, notaras que no solo te sugieren lo que buscas. También te brindarán sugerencias de elementos parecidos, basados en tu comportamiento y el de miles de personas que han tenido situaciones similares a las tuyas. Como ves, cada usuario es el protagonista, el foco y el propósito de todas las estrategias y avances en esta etapa.

¿Será todo positivo?

La respuesta a esto, es mucho más compleja de lo que parece. Aunque tiene múltiples ventajas que habrás podido entender en este articulo (mejor segmentación de marketing, avances tecnológicos como IA, colaboración en la interacción humana en la web, etc.), seguramente esto traerá problemas.

Para empezar: ¿que ocurre con nuestros datos? Para poder hacer sugerencias tan personalizadas (y útiles, claro), se requiere generar, almacenar y gestionar datos personales y privados de millones de usuarios. ¿Quién los tiene, durante cuanto tiempo los guardan y donde esta el límite de su uso?

Luego, viene el tema crucial de la disponibilidad. No todas las personas poseen las mismas posibilidades de acceso a la web y a la tecnología. ¿Estaremos ante avances que amplíen la brecha de desigualdad?

Solo el tiempo lo dirá. Pero, si con este articulo logramos despertar tu curiosidad, también puedes acceder de manera libre, gratuita e ilimitada a este curso 100% online.

Y tu ¿qué opinas? ¿Esta nueva revolución web abrirá puertas o ampliará la desigualdad? ¿Estaremos ante un “game changer” o ante un grave peligro? Esperamos tu respuesta en nuestras redes sociales.

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